Transparency International

This Anti-Corruption Helpdesk brief was produced in response to a query from one of Transparency International’s national chapters. The Anti-Corruption Helpdesk is operated by Transparency International and funded by the European Union.

Query

¿Cómo afectan los riesgos de la información errónea, la desinformación y las noticias falsas a las empresas, y qué medidas pueden tomar estas para mitigar dichos riesgos, proteger su reputación y garantizar el cumplimiento de la normativa? Además, ¿cómo tratan esta cuestión la UE y sus Estados miembros? ¿Cuál es la relación entre estos riesgos y el cumplimiento de la normativa de gobernanza, transparencia y lucha contra la corrupción, y cómo pueden afectar a la reputación de las empresas que cotizan en bolsa? ¿Qué estrategias o iniciativas pueden adoptar las empresas para combatir estos riesgos?

Resumen

Esta respuesta del Anti-Corruption Helpdesk pone el foco en la intersección de la información errónea y la desinformación con la corrupción y la lucha contra la corrupción en el sector privado. El documento examina tres nexos clave entre las empresas y la información errónea, según sean consumidoras, productoras o afectadas. Cuando consumen información errónea o desinformación, en particular a través de vulneraciones de datos de fuentes abiertas y contenidos ultrafalsos o deepfakes, las empresas se enfrentan a riesgos que perjudican su capacidad para cumplir la legislación anticorrupción y otras normas de integridad empresarial. Las empresas también pueden producir información errónea o desinformación para utilizarla en prácticas como el blanqueo ecológico y el blanqueo reputacional, que facilitan el soborno, el fraude, el blanqueo de capitales y otros delitos financieros. Además, las empresas pueden verse afectadas por campañas de información errónea o desinformación que las presenten falsamente como corruptas o infractoras de la reglamentación y las normas de integridad empresarial.

Puntos principales

El término información errónea alude a información falsa que se comparte sin intención de engañar ni de causar daño, mientras que la desinformación se comparte con la intención de engañar. El término «noticias falsas» o fake news se utiliza a menudo en referencia a ambas cosas. Hay estudios que demuestran que la información falsa tiene un 70 % más de probabilidades de compartirse que la información veraz, lo que hace que la información errónea y la desinformación sean cada vez más preocupantes tanto en el sector público como en el privado.

Los procedimientos de cumplimiento, esenciales para que las empresas respeten los requisitos reglamentarios y eviten la corrupción, dependen en gran medida de una información precisa y fiable. Cuando una empresa se lleva a engaño a causa de informaciones erróneas o desinformación, puede que no detecte riesgos de corrupción, exponiéndose a sufrir consecuencias legales como multas o reclamaciones de responsabilidad civil corporativa, así como importantes pérdidas empresariales.

Las empresas también pueden verse tentadas a producir desinformación para utilizarla en prácticas como el blanqueo ecológico para mejorar su imagen, o el blanqueo reputacional para mejorar la imagen de un cliente. Este tipo de desinformación corporativa puede favorecer la corrupción, el blanqueo de capitales y otros delitos financieros.

Mientras la corrupción solo aparece en una pequeña fracción (menos del 1 %) de las noticias falsas corporativas, la información errónea o la desinformación sobre actividades de presión poco éticas y el incumplimiento de normas representan casi el 15 % de las noticias falsas dirigidas contra empresas.

Las empresas pueden mitigar los riesgos de la información errónea o la desinformación mediante la capacitación (por ejemplo, mejorar la detección de información falsa), las asociaciones (con organizaciones de verificación de información o empresas de relaciones públicas especializadas en responder a informaciones erróneas) y el refuerzo de los procedimientos internos (como la mejora de los protocolos de verificación).

Las respuestas gubernamentales a la información errónea o la desinformación, como el Reglamento de Servicios Digitales en la UE, pretenden crear un entorno informativo más limpio, reduciendo los riesgos de que las empresas consuman, produzcan o se vean afectadas por noticias falsas corporativas.

Authors

María Constanza Castro Orduña, [email protected]

Reviewed by

Christoph M. Abels (Universität Potsdam) and Gabriela Camacho (TI)

Date

05/11/2024

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